miércoles, 22 de junio de 2011

Delfín rosado maravillosa especie en peligro de extinción


El delfín rosado es un cetáceo de río considerado vulnerable y de acuerdo con la IUCN está catalogado como en peligro de extinción. Sin embargo es muy importante conservarlo ya que es la única especie de cetáceo que habita exclusivamente en aguas dulces de América.
TAXONOMÍA
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Cetácea
Familia: Iniidae
Nombre científico del delfín rosado: Inia geoffrensis
Nombre común en inglés: Amazon River Dolphin
El delfín rosado es un cetáceo que habita en los ríos, lagunas y pantanos de la cuenca alta del río Amazonas y el río Orinoco. La contaminación, las redes de pesca y las presas hidroeléctricas son los principales “enemigos” de esta maravillosa especie en peligro de extinción.
La IUCN la ha catalogado como vulnerable porque se sospecha la reducción de al menos 50 por ciento de la población en los últimos diez años o tres generaciones basado en el declive del área ocupada, la disminución de la calidad de su hábitat, de la menor observación de ejemplares y de los niveles actuales o potenciales de explotación del hábitat.
Aunque antes se le consideraba el único de su género con tres subespecies, actualmente se le reconocen dos subespecies, ya que el delfín rosado o delfín boliviano (Inia boliviensis) es una especie propia endémica de la cuenca alta del río Madeira, que se encuentra mayormente en Bolivia (el Madeira es el río por el cual salen las aguas bolivianas que se dirigen al Amazonas). Además, poco tiene que ver con otros delfines como el delfín de Héctor (Cephalorhynchus hectori) ya que son del mismo orden pero ni siquiera pertenecen a la misma familia.
Características
El delfín rosado (Inia geoffrensis) es también conocido como delfín del Amazonas, bufeo, tonina y boto. Su color varía de rosado y marrón claro a gris azulado, siendo más oscuro en la parte superior y a medida que pasan los años. Los adultos miden 2.5 a 3 metros de longitud y pesan 110 a 200 kg.
A diferencia de los delfines oceánicos, sus vértebras cervicales no están fundidas, permitiendo a la cabeza una amplia gama de movimientos. Son prácticamente ciegos, ya que la visión no les sirve de mucho en las turbias aguas del Amazonas, se sirven de la ecolocalización, a modo de sonar, para localizar a sus presas y evitar obstáculos.
Tiene un hocico prominente, largo y fino con 25 a 28 pares de dientes en las hemimaxilias. Los dientes delanteros son puntiagudos, mientras que los dientes posteriores son más planos y acopados. Los dos tipos de dientes sirven diversas funciones: agarrar la presa y machacarla. Respiran cada 30 a 110 segundos. Lanzan un chorro de agua de hasta dos metros de altura, por el orificio dorsal.
Nadan generalmente en pareja, pero en circunstancias especiales forman grupos de hasta 20 ejemplares. Durante el apareamiento nadan con la parte ventral hacia la superficie, cerca de la orilla del río. Su reproducción depende del nivel estacional de las aguas.
Es inteligente y muy sociable. Se relacionan fácilmente con los humanos, especialmente con aquellos que se desplazan en embarcaciones pequeñas.
Reproducción
Su reproducción depende del nivel estacional de las aguas, y la gestación dura 315 días, tras los cuales nace una cría que permanece dos años al lado de la madre. El parto se produce entre mayo, junio y julio, coincidiendo con el mayor nivel de los ríos y el comienzo de la estación seca. Esto les favorece ya que cuando nacen las crías y empieza a descender el nivel del agua, se concentran los peces de los bosques inundados en zonas menos profundas y por lo tanto les es más fácil obtener alimento.
Alimentación
Se alimentan de cerca de 50 especies de peces. Destacan los Sciaenidos, Cichlidae y Characines, algunos de ellos con valor comercial. También comen cangrejos. Capturan por ecolocalización en el fondo del río y que luego llevan hasta la superficie. Comen también tortugas pequeñas de vez en cuando. Al coger sus presas suelen arrancarles la cabeza antes de comérselas, o si son muy grandes, las machacan en trozos con sus dientes.
Hábitat y área geográfica
Habita en los ríos y lagunas de la cuenca alta del río Amazonas y el Orinoco, por debajo de los 400 metros sobre el nivel del mar.
Se distribuye por Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil y Guyana.
Vive en agua dulce solo. Además de habitar ríos, está bien adaptado a vivir en la várzea (zonas de bosque inundado); también se le encuentra en pequeñas formaciones de lagos conectadas a los ríos, en canales a excepción de estuarios y cascadas, así como en la desembocadura de los ríos.
Amenazas
Captura directa: Cuando se captura un delfín a veces se venden algunas de sus partes como amuletos. En el departamento del Beni, Bolivia, se les caza con rifles y redes. También se obtuvieron registros de muertes de delfines por parte de personas en Colombia, no siempre con fines comerciales, algunas veces por interacciones en la pesca.
Con respecto a la pesca para alimentarse con ellos, los yuracarés indican que el bufeo puede ser utilizado como alimento, aunque esto no es frecuente, ya que la carne es muy grasienta y de fuerte mal olor; en el norte de Brasil creen que la carne no es comestible o que es venenosa.
Con respecto a la comercialización de sus partes para amuletos, numerosas poblaciones ribereñas coinciden en que la grasa de este animal se utiliza como remedio tradicional efectivo contra males respiratorios (tuberculosis) y afecciones pulmonares. En el mercado de Riberalta (Bolivia) se ofrecen dientes de bufeo como amuleto contra la mala suerte y como atractivo sexual. Hay hechiceros o brujos tradicionales que usan diferentes partes como son los genitales y ojos para diferentes fines, aunque esto es muy poco practicado.
Pesca accidental: la principal causa de mortalidad por parte del hombre en Bolivia fueron las colisiones con motores y el enredo en redes de pesca en un estudio realizado en 2002. En otros lugares no se tienen estimaciones de la gravedad, pero también existen los accidentes. El problema es que con el aumento pesquero se incrementa también esta amenaza; por ejemplo, en la década de 1960 la introducción de las redes de enmalle de nailon, más resistentes, aumentaron las muertes. Algunas redes como las fijas o las de cerco son las responsables de la mayoría de las muertes. La pesca ilegal también produce estos problemas.
Sobrepesca: también les afecta, aunque no es un problema tan grave como otros ya que ‘sólo’ 43 por ciento de las especies de las que se alimentan estos delfines son peces con valor comercial.
Degradación del hábitat: especialmente en Colombia y Brasil las poblaciones de personas se van expandiendo a zonas que irremediablemente entran en contacto con el hábitat de los delfines rosados. El aumento que conlleva de agricultura, deforestación y ganadería es una realidad. La deforestación en las llanuras de inundación para la agricultura y la industria maderera afecta al ciclo hifrológico y al ecosistema fluvial en su conjunto, y a este delfín en nuestro caso.
Uno de los principales efectos es la reducción de la productividad de los peces, es decir, del alimento de los delfines y otros animales de la zona. Además, en el caso de la construcción de presas, se impiden las migraciones, rompiendo las poblaciones en grupos pequeños con poca variabilidad genética.
Por otro lado, se pueden producir varamientos como causa de la disminución del nivel del agua por usarla para el riego. El agua de las presas al no tener un movimiento natural tiene menor concentración de oxígeno, su pH disminuye, y cuenta con menos peces. Más recientemente la búsqueda y explotación de reservas de petróleo también afectan.
Contaminación: gran cantidad de pesticidas se usan en la agricultura, con metales pesados como por ejemplo el mercurio usado en las minas de oro para separar al oro de la piedra. Estudios llevados a cabo en el río Beni y poblaciones del río Madera en Brasil, muestran que el nivel de mercurio en estos ríos está por encima del límite permisible, lo que constituye una seria amenaza para esta especie que se encuentra la cúspide de la cadena alimenticia.
Medidas de conservación
En CITES está incluido en el Apéndice II. Hay medidas de protección de la especie en todos los países donde habita. Sería necesario un trabajo sobre la cantidad de delfines que hay, un registro de su distribución, el estudio de los lugares por los que se mueven y emigran, y el estudio de las presas que hay y se podrían construir, y sus efectos en la población.
La investigación debería orientarse hacia la detección de tendencias de aumento o disminución de las poblaciones y la identificación de las causas en cada zona. Localizar y evitar la pesca tanto accidental como dirigida, así como las matanzas.

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